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GOLDEN GLOBES, “Sergio de la Puente calienta con su música el frío de un Sundance independiente”

Updated: Feb 3, 2023

Accede el artículo original aquí.


Por: Rocío Ayuso



¿Qué tienen en común el brillo de la gala de premios Días de cine, el proceso de preselección al Oscar y el frío del Festival de Sundance? Que los tres comparten el universo musical de Sergio de la Puente, un granaíno que es incapaz de parar y cuya música, solo en el último mes se ha dejado oír en ejemplos tan destacados (como diferentes) en el mundo del cine. No contento con encargarse de la ambientación musical en vivo de la gala de los galardones que anualmente concede la televisión pública española bajo el paraguas de su principal programa dedicado al séptimo arte, Días de cine, Sergio compuso la música para el cortometraje animado Kintsugui, de Cleto Acosta-McKillop, una producción sin diálogo donde fueron sus notas las que hicieron hablar a esta obra preseleccionada para la candidatura al Oscar.

Ahora es la coproducción española-puertorricense La pecera, de Glorimar Marrero Sánchez, donde De la Puente hace oír el dolor de una enferma terminal y de unas aguas contaminadas en la meca del cine independiente donde la película compite en la sección internacional. “Fue un proceso de mucho ‘brainstorming’ y diálogo, donde Sergio presentó muchas ideas y tuve la suerte de escucharle. Fue mucho el aprendizaje porque no suelo trabajar con música, pero lo que me explicaba tenía todo el sentido -recuerda Glorimar en entrevista por zoom desde Sundance-. Le había expresado que me interesaba mucho el sonido del metal. Quería reflejar este metal que está debajo contaminando. Y él me propone enseguida el handpan y la interpretación de Lewa. Fue una capa que añade una mirada sonora muy intimista a La pecera. Me encantó trabajar con él. Un gran talento español y una gran persona”.

Tuvimos la oportunidad de conocer la versión de Sergio de la Puente de estas últimas semanas de su carrera mediante una entrevista vía zoom desde Sundance, donde se desplazó con todo el equipo que hizo posible La pecera.

¿Cómo entras a formar parte de La pecera?

La pecera es una coproducción de España con Puerto Rico. Yo entro por la parte española, con Solita Films. Los productores me proponen como a otros compositores, pero el tema y todo el filme me llega bastante. Entré en la primera parte del proceso de producción. Leí el guion en el tren y pese a ser un mal lector lo hice del tirón. Hubo un ‘feeling’ desde el minuto uno. Por cosas personales este proyecto lo hice mío. Una de estas cosas en la que se alinean los planetas porque esto ha sido una familia. Decirte que ya estamos empezando a trabajar en la siguiente. Con eso te lo digo todo.

¿No hubo miedo de trabajar con una directora primeriza y con un océano de por medio?

A raíz de la pandemia nos hemos acostumbrado a trabajar así. Y Glorimar será primeriza en cine, pero tiene tablas. Es algo que se nota. Hay proyectos con duende y directores con duende y este es el caso. Como digo yo siempre, se nota un buen director porque coordina el trabajo de todos. Ella quería muy poca música, pero lo bueno es que sabe escuchar. Yo le propuse una banda sonora, ella me marcó sus pautas y me lo puso muy fácil. Vértigo te da empezar cualquier película, no hace falta que sea primerizo. Es como si perdieras la virginidad con cada relación. Hubo muy buen ‘feeling’ desde el principio. Yo le preparé todos los temas antes de que viniera a España y luego estuvimos dos meses trabajando en mi estudio. Hubo cosas que probamos y le gustaron y otras que tiró para atrás. No quería una banda sonora muy evidente. No quería que me llevara al público de calle con una melodía clara.

Hablando con Glorimar dejó muy claro su interés en contar con una música metálica.

Ella quería un instrumento de metal, hacer un símil con las bombas vacías, frías, bajo el agua. Quería esa frialdad. Enseguida le hablé del handpan. Nosotros de broma le llamamos el ‘ovni’ porque son como dos ‘woks’ juntos. Conocía el trabajo de la intérprete española Lewa. La había visto en el MOSMA (Festival Movie Score Málaga) y de nuevo fue amor a primera vista. Cuando conocí su trabajo lo primero que pensé es que me encantaría contar con un proyecto para trabajar con ella y al poco me cayó La pecera. Comenzamos a grabar la maqueta y a Glorimar le encantó el sonido. La música también la he tratado con sintetizador además de algún tema de guitarra. Me gusta experimentar.

Donde hay una constancia es en tu relación con los hermanos José y César Esteban Alenda, al frente de Solita Films, junto a los que mantienes una relación tan estrecha como la de Steven Spielberg y John Williams, por citar a dos de tus héroes.

Empecé a trabajar con ellos en 2004, hace ya más de 18 años, en su primera producción. El director de fotografía era un buen amigo y nos presentó. Fue un corto de imagen real y desde entonces el único corto que no hice con ellos fue con el que ganaron el (Premio) Goya. Yo estaba trabajando en El lince perdido (también ganador del Goya a mejor película de animación) y no me dio tiempo. Pensé que no me iban a volver a llamar, pero aquí estamos. Como me dicen, ‘nuestro cine también es tu música’. Somos familia. Y en La pecera han aportado un montón. Hubo un cambio de maqueta musical. Me conocen. Es lo que le pasó a John Williams con Spielberg y sobre todo cuando empezó a trabajar con George Lucas. Nos conocemos tanto que han ido cambiando mi sonido. Yo antes estaba obsesionado con la orquesta y gracias a ellos estoy encontrando mi sonido con los sintetizadores, el piano, jugando con los elementos en los que potencialmente me considero más rico musicalmente hablando. Gracias a su cine y a sus historias, ellos me están ayudando a encontrar ese sonido. Y en la forma de trabajo, hay producciones que no me han dicho más que ‘a ver qué me propones’. Y otras, es la discusión de siempre, cuando me dicen que quieren apenas música y luego acabamos con media hora de banda sonora.

¿Qué es lo que viene ahora?

Ya estamos con Alemania. Es el título de la película de María Zanetti aunque es una coproducción de Argentina con España. Película ambientada en el 96 con música tipo el grupo alemán Kraftwerk. Hay otra que no está cerrada y también me meto en Camino de la suerte. Tengo otras cositas de cine independiente porque lo bueno de la guerra que se ha desatado en la que todos quieren hacer películas para plataformas, es que mi coto de cine independiente me lo tienen tranquilo.

¿Así es como acabas poniendo la música al cortometraje animado Kintsugui?

No hay animación buena ni mala. La hay que tiene alma y la que no la tiene. Y Kintsugui es un corto a primera vista muy simple, pero tiene alma. ¡Qué cosa más bonita! Es muy ‘cuqui’, que me decía el técnico de sonido. Y a mi no hay cosa que me venga mejor que cuando tengo un proyecto de drama, trabajar en el antónimo. Te da distancia. Es como el sorbete de limón al pasar de un plato a otro. Viene muy bien para cambiar de registro. La gente como yo, que somos multitarea y no podemos parar quietos, necesitan estos cambios, especialmente cuando es una producción bien hecha y con libertad para trabajar.

El otro cambio de tercio fue la gala de Días de cine.

Las galas me encantan y tocar en directo, más. RTVE me encargó la ambientación musical en directo de la gala de premios Días de cine y fue maravilloso. Fui el pianista que acompañaba la ceremonia y donde toqué el tema de Sin fin, de los Alenda. Fue una pasada, algo muy importante para mi.

¿Tanto como participar por primera vez en el Festival de Sundance?

Sundance es el Hollywood del cine independiente. En el avión tuve una pequeña crisis de cómo me había metido aquí. Pero aquí estoy, impresionado, abrumado. Y a la vez, la ciudad es más pequeña de lo que me imaginaba. Me encanta el ambiente, tan frio y a la vez con tanta vida en los cines, en las fiestas. Conocer gente, ver por dónde va la industria y hacer muchos contactos. Me encontré con la directora de Mamacruz (Patricia Ortega). Y fue decirle que hice la música de Azul y no tan rosa para que se acordara de que fue la película más taquillera de la historia de Venezuela y me diera su teléfono porque quiere producir en España. Ha sido un no parar.

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